¿Es la guerra?
Posiblemente, piense usted, que soy un tremendista, un exagerado o como dicen los sociatas al referirse a los peperos, un profeta del Apocalipsis.
Ojala esté equivocado, pero por si las moscas, ya saben, cuando veas las barbas de tu vecino pelar...
Se hace necesario estar preparados y eso corre de nuestra cuenta, porque nuestro desgobierno, como siempre que hay que gobernar, mira para otro lado.
La madrugada pasada se han registrado los primeros disturbios en Sevilla. Los violentos han incendiado 5 coches, una moto y 19 contenedores, pero tanto el alcalde socialista, como el delegado del gobierno dicen que es un hecho aislado. Claro que el primer día de disturbios en Francia también lo fue.
Centrémonos en el país vecino, ¿quiénes son los violentos?, ¿por qué lo hacen?.
A la primera pregunta, los medios afines al gobierno (TVE, A3, Cuatro) no se pronuncian con claridad y hablan de grupos de jóvenes y menores incontrolados y achacan estas acciones violentas a la precariedad en el trabajo, la pobreza y la marginación.
Vamos, que el culpable es Aznar, Rajoy y el liberalismo, que son los que favorecen al capital y crean estas situaciones de discriminación en los más desfavorecidos (discurso manido de los progres sociatas que obvian que en los casi dos años de desgobierno socialista los bancos han aumentado sus beneficios en un 25 % de media, por poner un ejemplo).
Todos sabemos que esos grupos de jóvenes incontrolados son en un 90 % musulmanes y el otro 10% es gentucilla que se apuntan a todo lo que huela a saqueo, desfase o sencillamente esté contra el sistema. Sin embargo, ¿por qué nuestros informadores son tan parciales y sólo cuentan la mitad del asunto? ¿La Alianza de Civilizaciones?
En cuanto a por qué lo hacen, es incuestionable que no tienen los mismos objetivos unos que otros. La gentucilla pretende medrar y sería sencillo de controlar. No puede ser de otra forma, ¿para que pagamos a las fuerzas de orden? Pues para que nos protejan y lleven ante la ley a los maleantes. Pero ese no es el meollo.
El problema está en las hordas de musulmanes fanáticos que odian todo lo occidental, (aunque en occidente hayan encontrado una vida más digna) que nos miran como infieles, como enemigos a los que hay que derrotar.
El plan concebido a largo plazo ya está dando sus frutos. Primero han invadido Europa de forma seudopacífica, no se han integrado, pues no han venido a eso, se han mimetizado entre nosotros y una vez inoculados dentro de nuestro sistema, camuflados en él, nos asestan el golpe definitivo.
Son como esos peces que se acercan a su víctima disfrazados y simulando lo que no son, desencadenan una descarga eléctrica que atonta a la presa para fagocitarla posteriormente sin dificultad.
El colmo es que en nuestro caso la víctima, que es nuestra libertad, nuestra historia, nuestros valores, colabora con el asesino mirando para otro lado, como si con nosotros no fuese la cosa. La Alianza de Civilizaciones de zETApé .
Se dan cuenta que ni los propios franceses están reconociendo que el problema no es la pobreza, es la religión. Es el fanatismo religioso alentado por los orondos y lustrosos imanes (observen que además de barbudos están gordos como focas) protegidos y subvencionados por el gobierno que luego abandonan a los ciudadanos que les votan.
De hecho, unos de los incendiarios franceses han dicho que ellos están haciendo su Bagdad.
La mitad de los detenidos tienen menos de 16 años. ¿Es que con 16 años tienen problemas de trabajo?
¿Lo quieren más claro?. Pues blanco y en botella.
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