La sensación del conejo

Con lo que hoy les cuento se sentirán como el conejo del chiste aunque, por una vez, esto tenga muy poca gracia.

El día 11 de marzo de 2004 estallaron 10 bombas en los trenes y se encontraron otras dos sin explotar: una en la estación de Atocha y otra en la de El Pozo.


Esas dos bombas fueron detonadas por los Tedax en las propias estaciones. Finalmente, una decimotercera mochila fue encontrada durante la madrugada del 12 de marzo en la comisaría de Puente de Vallecas. Esta última, preparada para no estallar (le faltaba una conexión) ha sido hasta ahora la clave del 11-M.
El teléfono encontrado dentro, dió la pista del terrorismo islámico, y condujo a las primeras detenciones de moros.

La versión oficial del 11-M nos dice que la mochila o bolsa de Vallecas procedía de la estación de El Pozo, y que todos los artefactos que estallaron el día 11 causando 192 muertes, eran como el que contenía la mochila de Vallecas.
Veamos que es mentira:

La mochila número 13 contenía metralla formada por tortillería y clavos, y estaba preparada para no estallar al estar desconectado uno de los cables. Así lo reveló el scanner que se hizo a la bomba.

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