El Rubicón del estrecho
Caio Iulius Caesar, César, el divino, es sin duda el ciudadano romano que más ha vanagloriado la posteridad. Famoso por sus dotes militares y políticas, fue un personaje sin igual, ese conglomerado de inteligencia y valentía que tenía a puñados, le hacían ser querido entre sus seguidores y temido entre sus detractores.
Pepe Lui Rodríguez Zapatero, zETAPé, el solemne, será sin duda el ciudadano español más aborrecido y despreciado por la posteridad. Famoso por sus dotes con los idiomas y sus sonrisas falsas, fue un personaje sin igual, ese conglomerado de estupidez y embuste que tenía a puñados, le hacían ser temido entre sus seguidores y la rechifla entre sus detractores.
Pasar el Rubicón ha quedado como una frase famosa que significa dar un paso hacia una empresa sin poder dar ya vuelta atrás.
Pasar el Estrecho va a quedar como una frase famosa que significa rendir pleitesía ante los enemigos.
Cuando César pasó el Rubicón era consciente de que la Guerra Civil contra Pompeyo era inevitable. Pero no porque ese río marcara el límite de Italia con el resto de provincias, sino porque ningún gobernador podía salir con su ejército del territorio asignado sin consentimiento. Salir de su territorio, era, como él propio César dijo cuando fue asesinado, ¡violencia!
Cuando Rodríguez pasó el estrecho no era consciente de nada, a lo sumo que la entrega de dos ciudades españolas al moro será inevitable. Pero no porque el mar marque el límite de España, pues después de Ceuta y Melilla vendrá Córdoba o Granada, sino porque el gobernador de Marruecos en España, zETAPé, no puede salir del territorio sin el permiso del Mohamé y es interpretado como un ejercicio de violencia hacia el sultán.
César era capaz de llegar con sus hombres a una remota zona del Ponto –en la actual Turquía– y derrotar, en pocos días, a ejércitos invencibles hasta entonces. O liderar la defensa de una rebelión en Alejandría, saltar a una barca llena de egipcios enemigos, tirarse ensangrentado y exhausto al Mediterráneo, agarrar su ropaje militar desgarrado para que no quedara en manos de sus rivales, y llegar de nuevo a sus posiciones.
Rodríguez ha sido capaz de huir con sus hombres de Irak – en la antigua Mesopotamia- y unirse, en pocos días, a naciones antidemocráticas. O liderar la defensa de la rebelión anticonstitucional en Cataluña, saltar para reflotar una trainera llena de batasunos etarras que estaba a la deriva y exhausto permanecer sentado sin inmutarse demostrando su educación al pasar la bandera de un país amigo y llegar de nuevo a su natural posición de descanso.
César vivió para servir al pueblo de Roma y fue asesinado por sus amigos. Rodríguez vive sirviéndose del pueblo español y le pondremos de patitas en la calle los votantes.
2 Comments:
Julio Cesar fue un dictador. Zapatero es un democrata.
Julio Cesar era un hombre de guerra. Zapatero es un hombre de paz.
Julio Cesar es un personaje controvertido, que despierta opiniones encontradas sobre su labor política. Zapatero también, pero de ahí a anticipar el juicio que la historia hará de él parece un poco excesivo.
Amigo keikai, gracias por visitar el blog, pero con todo respeto quiero puntualizar sobre tu comentario:
1º ZP fue elegido democráticamente pero su actides son claramente antidemocráticas.Apoya dictaduras, ataca la libertad de expresión...
2ºZp es un cobarde no es un hombre de paz y se mueve al son que más le interesa. Te recuerdo: "Si vis pacem, para bellum" Y te traduzco si quieres vivir en paz prepara la guerra.
3º En mi post no juzgo la labor política del César, que fue leal al pueblo romano, si no su figura en conjunto.
En cuanto al juicio que hará la historia del Solemne no hay que ser profeta, es como vaticinar que despues del día llega la noche.
Un saludo
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