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domingo, marzo 12, 2006

La Kangoo. El primer gran engaño del 11M

Hasta la fecha (no descarto que aparezcan más por generación espontánea) la versión oficial nos habla de dos vehículos implicados en los atentados del 11M. Basándose en las pruebas encontradas en la furgoneta Renault kangoo y en el Skoda Fabia, además de la mochila fantasma
fotos.miarroba.com
de Vallecas, se ha cimentado la trama oficial de la masacre.


Apoyado en las investigaciones de Fernando Múgica, de Luis del Pino y el sumario que instruye el juez del Olmo, contaré mi teoría de la Renault Kangoo.

Los Hechos:

La furgoneta fue robada a un ebanista jubilado. Declaró que ocho meses antes de los atentados le desapareció un manojo de llaves. ¿Por qué con tanta antelación? Los explosivos y los teléfonos fueron conseguidos unos días antes. ¿Dónde tuvieron guardada la furgoneta los terroristas? O no fue robada por los que aparecen como autores de la masacre.

Las cerraduras de la Kangoo no estaban forzadas y el vehículo estaba cerrado con llave cuando se descubrió.

Los mercenarios implicados en la trama se dedicaban, entre otras cosas, a la compraventa de vehículos robados a los que doblaban la matrícula. ¿Por qué no doblaron la matrícula de la furgoneta arriesgándose así a que les detuvieran?

En la Kangoo se encontraron varios detonadores, una cinta de iniciación al Corán y restos de explosivo.

Sin embargo, no se encontró ni una sola huella digital en el vehículo. Ni en la cinta, ni en el volante, ni en la cerradura. Sólo dos huellas en la bolsa de plástico que se descubrió debajo del asiento en la que estaban los detonadores.

Esto implica que los terroristas, antes de llegar a Alcalá, “lavan” cuidadosamente la furgoneta, llegan enfundados en guantes para dejar una furgoneta “limpia” y se olvidan de una cinta y de unos detonadores.
¡No me lo creo! Nadie se toma tantas precauciones para luego dejarse olvidadas estas pruebas.

Supongamos que los terroristas van escuchando la cinta, rezan para animarse y se olvidan de ella. Sin embargo, la cinta aparece dentro de la guantera, no dentro del radiocassette.

En cuanto a los detonadores. ¿Para qué los quieren? No creo que se pusieran a montar las bombas en la furgoneta. ¡Los detonadores no los necesitan! Si se toman la molestia de hacer desaparecer cualquier huella, ¿cómo dejan los detonadores en la furgoneta? No. No los llevaban.

Mi Teoría:

Alguien, que no tiene porqué coincidir con los que hacen volar los trenes, abandona el vehículo limpio de “sus” huellas, se deja ver de modo que parezca sospechoso y contribuya a localizar la furgoneta que reconduzca a la pista islamista. El portero de un edificio próximo declaró que vio a varios individuos con gorros y bufandas. En su declaración dice que parecían de Europa del Este y la taquillera de la estación confirma este extremo afirmando que habla un español con acento español.(Esto aparece en el sumario que instruye el juez del Olmo)

Si los terroristas quieren pasar desapercibidos, no salen con gorros y bufandas haciéndose notar y mucho menos sacan un billete en ventanilla, sacan el billete en una máquina expendedora de billetes. Creo que éstos no pusieron las bombas. Eran los señuelos encargados de dirigir la primera investigación en la dirección adecuada. Sería la clave de las elecciones.

Hasta aquí todo podría encajar. La argumentación sería correcta si las pruebas que “se dejan” los terroristas se hubieran encontrado al ser inspeccionado el vehículo in situ. Sin embargo, al ser inspeccionada la furgoneta por los policías y por dos perros especializados en la detección de explosivos, no se encuentra nada.
Podría darse el caso que uno de los perros ese día estuviera torpe o “resfriado” pero ¿los dos? No me lo creo. Tampoco me creo que la policía no encuentre los detonadores debajo del asiento o la casette en la guantera.

Esto lleva a pensar que la furgoneta la dejan por la mañana sin las pruebas, “limpia” y es luego, en el depósito de la comisaría, donde “alguien” coloca las pruebas.

Usted pensará que no tiene sentido, que lo normal es dejar las pruebas en un principio y no liarse colocándolas después.

Sin embargo, si se hubieran dejado colocadas en la furgoneta se habría reconducido rápidamente la autoría del atentado hacia el terrorismo islamista y no habrían dado tiempo a que el gobierno del PP hubiera caído en la trampa que le tendieron con la autoría de ETA. El gobierno no habría podido ser acusado de mentir. Las elecciones no las habrían perdido.

Las pruebas tenían que aparecer, como así fue, cuando el gobierno de Aznar se hubiera metido en el engaño y no pudiera dar marcha atrás pues igualmente le habrían acusado de mentir.

Lo doloroso, lo difícil de creer es que unos servidores públicos, “alguien”, está lleno de mierda hasta las cejas.

Me gustaría pensar que estoy equivocado. Creo que los que mataron a 192 personas no llegaron en la Kangoo, como pretende hacernos ver la versión oficial.
Queda mucho por saber, y queremos saber por más que el gobierno zapateril nos diga que todo se sabe.
¿Qué nos esconden? ¿Qué no podemos saber?