Escupir en el plato de lentejas
Estos que no hablan catalán, a menudo tampoco saben inglés, ni francés, ni quién es monsieur Paccaud. Pero no solo en Cataluña el español es un síntoma de clase baja”.
Esto es un fragmento del artículo “Parlar espanyol és de pobres” firmado por
Salvador Sostres que apareció en el diario Avui en Abril de 2005.
Este “paleto” da por hecho que si hablas catalán conoces cualquier idioma y, por el contrario, si hablas español eres tan iletrado como Montilla que no llega al nivel C de catalán.
La tendencia del catalanismo pueblerino reforzada ahora con el gobierno del nuevo tripartito liderado por los charnegos Montilla y Pérez Carod Rovira es acabar con el español en Cataluña y si pudiera ser en el mundo creo que también. ¿Por qué Montilla y Pérez Carod odian el idioma de sus padres?
Que la ley lingüística no se cumple en Cataluña es un hecho fácilmente demostrable y desde que los charnegos tienen cogida la sartén por el mango el problema se ha recrudecido.
Atrás queda que el ayuntamiento de Barcelona edite guías de la ciudad en chino, árabe, además de inglés, francés o alemán, pero en ningún caso en español a pesar de ser el castellano una lengua cooficial en esta comunidad autónoma, que gracias a la estupidez de Rodríguez, se creen nación.
Atrás quedan las multas por no rotular en catalán, ahora se multa por el castellano.
Por el cartel “prohibido fumar” te pueden caer más de 500 euros de multa pero por “No smoking” no pasa nada. En español te multan, en inglés no. Tampoco pasa nada si un restaurante chino rotula en su idioma, en español, si. Te sacan los cuartos.
¿Qué dirían estos catalanes fascistas si en Madrid te multaran por rotular en catalán? Hablarían de catalanofobia, pues por la misma razón pero aumentada hasta la enésima porque hasta allí ha llegado el odio a lo español, hablo yo de su españolofobia.
Los catalanes están jugando con fuego y se aprovechan del estado de estulticia en el que ha sumergido Rodríguez a la adormecida sociedad española para atacar sin piedad todo lo que sea español. Pues bien, algunos españoles, entre los que me encuentro, hartos de la situación y amparados por el derecho que tenemos a comprar con nuestro dinero lo que nos dé la gana hemos decidido no comprar nada, nada que sea catalán.
Conocido es el amor que los catalanes profesan al dinero y lo que más duele es que le toquen “la pela”, pues con la mía que no cuenten. Con mi decisión les demuestro que no se puede escupir en el plato de lentejas que comen.
El 90% de los productos catalanes se venden en el resto de España. Si mi ejemplo cundiese tendrían un poco más de respeto al resto de conciudadanos que nos sentimos españoles sin renunciar por ello a la región en la que nacimos o vivimos.
La última, para variar, la protagonizan desde ERC. Han sacado participaciones para la lotería de Navidad y la publicitan diciendo compren lotería del país vecino. Si serán memos. En Francia no hay lotería de Navidad. ¿O tendrán la desvergüenza de referirse así al resto de España?
Con el estatuto catalán, Rodríguez ha conseguido que los impuestos que se recaudan en Cataluña se queden allí en su totalidad y los que se recaudan en cualquier otra parte de España se reparten entre todos incluida Cataluña.
Por ejemplo, usted compra un Seat en Cuenca. Como la sede está en Cataluña, el iva del vehículo queda íntegramente en Cataluña y no revierte ni en Cuenca, ni en el resto de España.
Curiosamente, si compra usted un coche de importación, el iva que paga son impuestos que si revertirán en España, incluida Cataluña.
Ahora dirán que soy un catalanófobo, pues no se equivocan: soy tan catalán como Pérez Carod Rovira, Durán y Lérida o Montilla.
2 Comments:
Te recomiendo ir al psiquiatra. Estás gravemente enfermo.
Creo que el enfermo es usted
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