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miércoles, diciembre 06, 2006

Ir a casa de la abuelita

El asesinato masivo de españoles perpetrado el 11 M se va aclarando a una velocidad que empieza a ser preocupante para los que han gastado tantas energías en ocultarlo.
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Hoy sabemos, con total certeza, que los moritos fueron utilizados como tapadera y que los verdaderos asesinos y sus auspiciadores no están en desiertos lejanos. Cada día estamos un poco más cerca de la verdad.
Una prueba más de que llega el final la aportó ayer el diario El Mundo. Está relacionada con el piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés donde presuntamente se suicidaron los que, según la versión oficial, fueron los autores de la masacre. Esta es otra mentira que ya no la podemos creer.

Esta es la historia del piso en cuestión:

Los vecinos del piso de Leganés recuerdan al menos dos intervenciones policiales. Muchos meses antes del estallido del piso se produjo una operación de incautación de 200 kg de droga por parte de la Guardia Civil. Los vecinos no recuerdan muy bien a la familia que vivía por aquel entonces en el piso, sólo saben que eran sudamericanos.

A mediados de febrero de 2004 tendría lugar la segunda operación policial que los vecinos recuerdan. Policías armados se presentaron a detener a un grupo de colombianos que lo habían alquilado, pero éstos habían volado, dejándose allí todas sus pertenencias.

Al quedar vacío el piso, la persona encargada de la limpieza de aquellos bloques, de origen ucraniano, intentó alquilar la vivienda para su uso, pero la contestación que le dieron es que ya estaba alquilada, como consta en su declaración ante el juez. Sin embargo, lo cierto es que esa casa no estaba alquilada todavía.

A primeros de marzo, apareció en la casa un grupo de tres personas para realizar reformas y pintar el piso.
Estaban todavía pintando el 8 de marzo cuando un marroquí llamado Mohamed Belhadj se presenta en una inmobiliaria de la zona, sita en la Avenida de los Derechos Humanos nº 20 de Leganés, y solicita un piso en alquiler. Las partes llegan a un acuerdo y se firma el contrato con una duración de cinco años y por un importe de 600 euros mensuales.

Aquel piso fue, por tanto, alquilado el 8 de marzo, tres días antes de los atentados de Madrid. Sin embargo, los vecinos no recuerdan que nadie entrara en la casa hasta muchos días después, aproximadamente en torno al 18 o 19 de marzo.

Para saber más:
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A simple vista parece muy importante que el desarrollo de los hechos sea compartido por juez instructor y fiscal. Lo lógico y normal es que así sea, ya que ambos se informan por las mismas fuentes. Después, pueden diferir en su valoración, pero, al menos, deberían ofrecer al tribunal una versión homogénea y coherente.

Sin embargo, hay dos versiones distintas de la localización del piso y de los moritos. Una, la del juez que instruye y la otra versión la de la fiscal Olga Sánchez, conocida mundialmente por el sobrenombre de “Olga Valeya”.

Del Olmo explica en el auto de procesamiento que la Policía, gracias a un chivatazo, llegó hasta las inmediaciones de la calle Martín Gaite de Leganés sobre las 16 horas del 3 de abril de 2004. Su versión se apoya en declaraciones de varios agentes y figura en el sumario en el apartado décimo. La primera es la de un comisario del Cuerpo Nacional de Policía que el 3 de abril, cuando comía con el comisario jefe de la UCIE, recibió una llamada del comisario Gómez Menor. Le informó que creía haber encontrado el piso donde podían hallarse los supuestos islamistas. A partir de ese momento se dirigieron hacia el lugar agentes de la UCI y de la UCIE.
El relato de los policías ante el juez pone de relieve que, sobre las 16.00 horas del 3 de abril, había ya una veintena de agentes en las inmediaciones del edificio de la calle Martín Gaite, 40, de Leganés.

Pero la versión de Olga “Valeya”, en su escrito de acusación, no coincide con la del juez. Fija como hora en la que la Policía localiza el piso de Leganés "a través del repetidor telefónico de la calle Holanda", en torno a las 16:45 horas del 3 de abril.
A la vez, sostiene que "sobre las 18.45 horas se recibió en la Sala del Centro Nacional de Comunicación del CNP una llamada informando de un tiroteo en las proximidades de la estación de Zarzaquemada (Leganés) entre miembros de las Fuerzas de Seguridad y personas de raza árabe, dándose estos últimos a la fuga en un vehículo Renault Megane J-2106-AC. Los huidos se refugiaron en el piso de la calle Martín Gaite cuando ya (incluso según su propia versión) la Policía tenía acordonado el edificio. Se desalojó a los vecinos de la zona y se activó el dispositivo policial ante la posibilidad de que tuviesen armas, explosivos o rehenes".

Ni en las películas malas. ¿Cómo van a romper el cerco policial para refugiarse en un piso que ya estaba cercado? Se pueden refugiar en cualquier sitio menos en un piso que ya está cercado. Se podían haber metido directamente en la cárcel.
Son muchas los datos que no cuadran, sin embargo no me voy a referir a ninguno de estos, sino al dato que hoy aporta “el Mundo”.

El confidente de la policía apodado “Cartagena” denuncia en un escrito ante la Audiencia Nacional, ojo no hablamos ante un periódico, que entre otras lindezas que funcionarios policiales le indicaron que fuera al piso de Leganés en la mañana del 3 de abril de 2004, mucho antes de la hora oficial de localización del piso.

ESTA ES LA CLAVE. ALGUNOS POLICIAS SABÍAN DE LA EXISTENCIA DEL PISO Y POR TANTO DE LOS QUE LO HABITABAN. POSIBLEMENTE SABÍAN LO QUE IBA A PASAR ALLÍ Y LE PIDEN A “CARTAGENA” QUE PASE POR LA MAÑANA. ¿PARA QUÉ? ¿”PARA SUICIDARLO”?

Las preguntas surgen a borbotones y las respuestas conducen a pensar que Cartagena al no ir, salvó la vida, y sus conocidos de andanzas bien pudieron encontrar la muerte antes de lo que nos han vendido. ¿Por qué sino miente la policía?
Recuerden el 11 de Diciembre tenemos una cita con los PEONES NEGROS. MANIFIÉSTATE. Tenemos derecho a conocer la verdad. Caiga quien caiga.