zETAtuto de Rodríguez

Carmelo González continúa con la huelga de hambre que inició este viernes frente al palacio de la Generalidad. El motivo de esta protesta es reclamar el derecho de su hija a recibir educación en castellano en la comunidad catalana.

Hasta estos extremos hemos llegado. Mientras, nos entretienen y hacen el negocio del siglo las cadenas amigas de Rodríguez con el mundial de fútbol.
Con un Seis y un Cuatro se hace la cara de tu retrato.

El estatuto catalán vigente hasta que hoy se lo carguen, y la constitución española (1978- Junio 2006) obligaban a la Generalidad a facilitar a los padres que lo solicitasen la educación en lengua española.

La apisonadora nazional-socialista impuesta en Cataluña por el PSC y el tripartito de extrema izquierda ha dado sus frutos: Todo lo español apesta y el castellano más.

¡Qué asco: la pestilencia a español se sublima con los toros! Pues se prohíben y así lo hicieron.
El castellano ha desaparecido de los documentos oficiales.
El ayuntamiento barcelonés edita folletos turísticos en cualquier idioma, menos en castellano.
Se obliga a los profesores a expresarse en catalán entre ellos, con los alumnos y con las familias, hasta el extremo de disponer de traductor para entrevistarse con los padres. Se multa a los comerciantes que rotulan sus negocios en castellano.
Todo vale contra el castellano, pero no es contra él, sino contra lo que representa.
Se financian páginas web que animan a los catalanes a consumir catalán menospreciando los productos del resto de España…
Podría escribir mil ejemplos más.

Pues esto se hacía con un estatuto y una constitución vigente que se supone que protegía a los ciudadanos de las diarreas mentales de la clase dirigente. Pues no fue así, y a las pruebas me remito.
Ayer, decía en mi artículo que en una democracia el ciudadano exige al estado. En la dictadura, el estado acorrala al ciudadano.

Se han cometido todo tipo de atropellos, hace unos años con la complacencia acomplejada del PP y ahora con el patrocinio sociata.

A partir de mañana, ratificado el nuevo estatuto catalán auspiciado por Rodríguez y que sólo demandaba el 2% de la sociedad catalana, la persecución a lo español puede ser terrible.

Sin embargo, mi previsión catastrofista no es compatible con lo que, desde Rodríguez a Maragall pasando por Montilla, de la Vega y toda la caterva socialista, nos han vendido mil millones de veces: “ESTE ESTATUTO ES BUENO PARA ESPAÑA”.
Fíjense si será bueno que ha sido bendecido por Otegi y su organización terrorista y lo patrocinó el aragonés, hijo de guardia civil, Carod Rovira.

No me hagan caso. Fíense de gente tan docta y demócrata como la que les cabo de citar. ¡Debo estar en un error!
Si es creyente, como yo lo soy, que Dios nos coja confesados.

Empezaron contando que Cataluña era una nacionalidad y Rodríguez tenía hasta ocho fórmulas, según dijo, para solventar este escollo. Pues dicho y hecho, no es nacionalidad, es nación.
Los cuatro listos de mi pueblo piensan reclamar lo mismo para intentar vivir de ese cuento a costa de los tontos que se lo crean. Sin duda, Rodríguez estudiará la cuestión, pues como paso previo se han declarado antiPP y eso sube mucho “la caché”.
Sea todo por el diálogo y el talante, que no talento, del presidente de este desgobierno.

A pesar de todo, desde mi trinchera, he declarado la guerra económica y en mi casa no entra nada que sea catalán. De momento, puedo hacer con mi dinero lo que me dé la gana y gastarlo como me plazca. ¿No le parece?