El proceloso mundo de la mentira
En España hemos descubierto que, imitando aquella fea costumbre que tenía Pinocho al hablar, lo de la palanca de Arquímedes es cosa de niños.
La mentira es el arma más poderosa y con ella se puede mover el mundo, aunque sea hacia el precipicio. Es la eterna lucha del bien contra el mal.
En principio, el mentiroso lleva las de ganar. Los incautos, los fácilmente moldeables, mucha buena gente, creen al patrañero. No tienen por qué dudar de las buenas intenciones del que habla de paz, justicia, consenso y… talante.
A medida que pasa el tiempo y las falsedades del fulero se van descubriendo, las razones que esgrime el tramposo para sostener el embuste son nuevas patrañas que hace que la bola de nieve se vaya agrandando hasta que es imposible ocultar a la vista del que la quiere ver y te lleva por delante. ¡Esta es otra!
Hay quien mira para otro lado, como si el miura no le fuese a embestir a él por haberse desentendido. Pero a todo cerdo le llega su Sanmartín. Cuando se ha contratado al matachín, éste siempre cumple y se cobra la pieza, que suele ser la mejor: el solomillo.
Al final., los imitadores de Pinocho pierden la credibilidad., porque hay más nariz que muñeco.
No sabes si es verdad o mentira lo que te cuenta. Aunque el embustero jure y perjure, de explicaciones o incluso aporte algún tipo de prueba, el engañado es reticente a tomarle en serio.
Rodríguez dijo que no habían mantenido contactos con ETA. Lo repitieron desde Maria Teresa a Rubalcaba pasando por Pepín, Pachi Nadie y los ministros y ministras de cuota.
Mentira. Hoy sabemos, y así ha aparecido en la prensa, que han mantenido contactos desde hace mucho tiempo. Hay quien dice que desde hace varios años, incluso mientras se rubricaba el pacto antiterrorista con el PP y ETA asesinaba a sus propios compañeros.
Rodríguez dijo que la única salida de ETA era la cárcel, el cumplimiento íntegro de penas y la derrota del terrorismo a través del estado de derecho y la unión de los demócratas.
Mentira. Hoy sabemos que una de las exigencias irrenunciables de los terroristas es la puesta en libertad paulatina de los asesinos. Hoy sabemos por qué Chapote se reía de la familia de uno de sus asesinados, mientras se celebraba el juicio que le condena a 50 años que no cumplirá.
Rodríguez dijo que no pagaría precio político a ETA. Mentira. Hoy sabemos que la legalización de la banda terrorista será un hecho dentro de unos meses y es otra de las condiciones que ha puesto el entramado etarra.
Rodríguez dijo que verificaría el alto el fuego de ETA. Mentira. Hoy sabemos que ETA sigue extorsionando, la violencia callejera ha rebrotado y en Francia continúan robando coches y rearmándose. El alto el fuego ha sido unidireccional. La policía y la guardia civil han dejado de actuar. Sólo Marlaska sigue trabajando y por ello se le insulta y se critica su labor.
Rodríguez dijo que mantendría informado a Rajoy, no en vano representa a 10 millones de votantes. Mentira. No sólo no le llama para ponerle al tanto de los “avances”, sino que le engaña como a los demás.
Rodríguez dijo que pediría autorización en el Congreso. Mentira. Dio una rueda de prensa en el congreso sin preguntas de los periodistas.
Rodríguez dijo que…
Dijo tantas cosas y mi tiempo es tan escaso.
Sólo la última. ¿Éstos son los que decían que los españoles no merecíamos un gobierno que mintiera? Y entonces… ¿Qué hacen en el gobierno? ¡Vete Rodríguez!
De paso, sería interesante que leyera el soneto a una nariz que Quevedo dedicó a Góngora.
¡¡¡Qué no habría escrito D. Francisco de Quevedo y Villegas de José Luis!!!
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