¿La economía?, en picado, como el gobierno

b>Al depositar nuestro voto en la urna no nos percatamos que lo que estamos eligiendo es un gestor que se encargará durante 4 años de administrar nuestro dinero.




Nuestros impuestos los cedemos al estado para que éste nos lo devuelva en carreteras, hospitales, contrate maestros, policías o médicos, fomente la creación de puestos de trabajo…
Nuestra tranquilidad dependerá en gran medida de cómo se gestione ese dinero.

Le dimos una patada en el culo a un gran gestor, a un hombre comprometido, con un equipo preparado, con las cosas claras y un plan en el horizonte: sacar a España del grupo de los medianos.
Lo consiguieron, pero no lo valoramos. Lo conveniente era acusar a los gestores de hundir un petrolero, estrellar un avión y provocar un atentado monstruoso por la participación en una guerra en la que hasta 40 países más estaban comprometidos.
De aquellos polvos, estos lodos.

Cuando el desgobierno zapateril gasta todas las energías en parecer la oposición, insultando y desgastando al PP, utilizando para ello la confrontación, la mentira y las alianzas con los antiespañoles…

Cuando el desgobierno no gobierna para todos entregándose en brazos de los enemigos de España: separatistas, terroristas y no sé cuantos más “istas”…

Cuando sólo se está preocupado en regalar empresas punteras como ENDESA al independentismo catalán, y los esfuerzos económicos solo van en una dirección: Cataluña…

Cuando se eligen malas compañías buscando alianzas con Cuba, Venezuela, Marruecos y Bolivia, despreciando a los que nos pueden ayudar…

…Entonces, otras facetas se resienten.

La inercia de nuestra economía, entonces ejemplo a seguir en Europa, ha perdido fuelle. Mientras en el resto del continente los indicadores económicos se recuperan, en España se hunden.

Aquí están los datos:

Al mal dato de IPC (0,5 y una tasa interanual de 4,2) , el peor en 9 años, y del paro del mes enero (68.566 nuevos parados), confirmando una tendencia peligrosa, se suma la caída de la confianza en la economía española, en todos sus indicadores en enero: los de economía, industria, construcción, servicios y comercio minorista. Esta caída contrasta con la recuperación en el conjunto de la zona euro.
Por otra parte, la caída de la competitividad española y el aumento del déficit comercial están deteriorando el sector exterior.

El indicador del clima económico cayó en enero casi seis puntos, de los 101,1 de diciembre hasta los 95,4. En la zona que cubre la moneda paneuropea la evolución ha sido exactamente contraria, ya que en el mismo mes ha pasado de los 100,96 puntos a los 101,8 de enero.

El nivel de confianza en la construcción en el mes de enero, cayó otros dos puntos hasta situarse en –12. El indicador europeo, que estaba por debajo del español, queda ahora ligeramente por encima al estabilizarse en los –11 puntos.

El indicador de la confianza empresarial ha caído nada menos que cuatro puntos en enero hasta los –7, como consecuencia tanto de las malas expectativas sobre la producción como la cartera de pedidos y las existencias. En la zona euro mejoró, sin embargo, un punto, de modo que se sitúa en los –4.

El indicador de servicios en España cayó en enero cinco puntos hasta los 18, en contraste con la subida de dos en la eurozona.

El indicador del comercio minorista cayó en el primer mes del año en España cinco puntos hasta los –10, mientras que el la eurozona se estabilizó en los –4.

Si prestamos atención al sector exterior, las perspectivas no son mejores. El déficit comercial continúa aumentando. En los once primeros meses de 2005 el desnivel entre las importaciones y las exportaciones ha crecido un 29,7 por ciento sobre el mismo período del año anterior, un déficit que ya supera los 70.000 millones de euros (casi 12 BILLONES de pesetas).

En otro tiempo para cambiar la situación se devaluaba la peseta y el desequilibrio quedaba corregido, aunque éramos un poco más pobres.
Ahora no se pueden hacer devaluaciones competitivas porque no se tiene control sobre la política monetaria. Es el Banco Central Europeo quien marca la pauta.

Sólo queda un camino que es el de la mejora en la competitividad internacional de nuestra economía. Pero en estos momentos la economía española experimenta la mayor pérdida de competitividad de la historia, cuyos efectos comenzaremos a percibir próximamente.

En menos de dos años de zapaterismo se han cepillado lo conseguido en ocho años, le da tiempo en los otros dos que les quedan para ponernos al nivel de Argentina.