¡Qué viene el lobo!

Ayer domingo, a primera hora de la mañana, un grupo de proetarras quemaron un autobús en Bilbao. Ya, ni María Teresa, ni Pepín, salen a la palestra para engañarnos argumentando que hay que verificar si realmente eran etarras o las juventudes del PP los que han pasado al contribuyente una factura de más de 30 millones de pesetas.



Por supuesto, no hubo detenidos. Posiblemente, en un futuro no muy lejano, hasta una calle lleve el nombre de estos “buenos” ciudadanos.
Ya no se molestan con justificar hasta que no se verifique. No es necesario.

Nos hemos acostumbrado a que los violentos que dicen querer la paz sigan amenazando, extorsionando, amedrentando y “vandalizando “ las calles de las Vascongadas con el beneplácito de buena parte de la sociedad borreguil española, que ve que llega el lobo, y no le importa.

Antes, estos atentados eran la señal que ponía en alerta a los mastines que cuidan del rebaño. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la consigna es que los perros miren para otro lado y desviar la atención de los borregos con palabrería y mucha paz. Paz zapateril. La que arrodilla a la sociedad ante los asesinos, eso sí, con talante. Es la paz que entretiene e idiotiza a los borregos mientras el depredador etarra da buena cuenta de los carneros más valerosos y pone contra la pared a una sociedad que espera que así se saciará la bestia y ellos quedarán libres. ¡Qué lejos de la realidad! Debilitado el rebaño, será devorado poco a poco. Como por otra parte, está pasando.

Nos han acostumbrado a que los que hablan de paz pongan la pistola en la nuca a los que deberían hacerles frente y estos digan que no pasa nada, que la pistola es de agua.
Otegi amenaza y pide, Rodríguez otorga y se arrodilla y la sociedad española pendiente de hacer las compras de Navidad como si no pasara nada.

En descargo de esta sociedad lanar hay que decir que la presión mediática a la que está sometida es muy importante. Lo que dice la televisión es dogma de fe y la caja tonta no hace sino jalear y hacer buenos a los malos, a los que nos acosan. Confío que algún día se les pase factura del liberticidio del que están siendo responsables indirectos por dar una información sesgada.

La última siembra de cizaña la han protagonizado al alimón los socialistas Pepín y López Garrido pero ha sido Gabilondo el que les ha servido el balón en bandeja para que ellos rematen a gol. Estaban en posición de fuera de juego y por tanto estaban haciendo trampas pero eso da igual. El tanto ha subido al marcador. La sociedad lanar española sigue tragando.
Esta es la película de los hechos:

Gabilondo hizo público en su programa, que llama informativo, que un discapacitado por la polio se había colocado en la manifestación de Sevilla como víctima del terrorismo. Nada más lejos de la realidad. Este caballero, llamado Joaquín Merino, participó en la manifestación pero como lo hicieron varios cientos de miles de españoles. Su pecado fue usar su silla de ruedas dado el tiempo que debería permanecer de pie y para evitar empujones se colocó en las primeras posiciones de la manifestación cerca de las víctimas directas de los asesinos.

Esto le ha servido de argumento al PSOE para atacar al PP y a la AVT. Les han acusado de "falsificar a las víctimas". López Garrido ha hablado de hecho "repugnante". Blanco, de "simulación" para "desgastar al Gobierno".
¿Hasta dónde llega la desfachatez de estos progres? Me gustaría recordar a estos embaucadores que víctimas indirectas somos todos los borregos decentes que no queremos que nos manipulen.

¡Cómo tienen que estar de nerviosos para utilizar estos pobres argumentos!

Véalo aquí

Sólo las asociaciones de víctimas están plantando cara a Rodríguez y sus protegidos etarras.
Cuesta trabajo creerlo, pero parece como si el lobo hubiera dado instrucciones precisas para que las últimas ovejas que todavía siguen dando la voz de alarma sean silenciadas por los mastines que el estado de derecho tiene para velar por ellas.

Entre tanto, Rajoy ha declarado que está dispuesto a apoyar al gobierno si es para derrotar a ETA.
Olvídese, D. Mariano. Rodríguez no quiere derrotar a ETA, desgobierna para ella.