Esperando
Es como cuando llamas por teléfono a una empresa que tienes contratada para un determinado servicio, que bien pudiera ser gas natural, y después esperar un buen rato los pertinentes tonos de llamada, se escucha una voz impersonal que nos solicita que vayamos marcando el número que corresponde a las distintas opciones.
Mientras se suceden una tras otras las distintas melodías relajantes que acompañan a cada nuevo requerimiento, te preguntas si en algún momento podrás explicarle a algún ser humano que el problema es tu factura mensual de consumos.
La recibe el vecino del quinto porque está equivocada la dirección. Vivo en el segundo.
Por fín. “Un buenos días, le atiende…” Se acabó el martirio. Pero no. Ese departamento no lleva las rectificaciones de pisos. Sólo aceptan cambiar las calles. Insistes. La señorita es inflexible. A empezar de nuevo.
Y otra vez en espera. ¡Ahora, comunica! Por fín: “En breves momentos le atenderá una de nuestras operadoras, manténgase a la espera”… Ha dicho: “en breves momentos”
En ese instante, como una revelación, se enciende la bombilla. ¡¡¡Cojones!! Les llamo para solucionar un problema que han cometido ellos. Les pago religiosamente. Cuando se han equivocado al facturar, siempre a su favor, no me han devuelto el dinero. Lo han ido descontando mensualmente. Entonces cuelgas el teléfono. Llegas a la conclusión que las voces impersonales que nos hacen esperar al teléfono son un invento de Rodríguez pETA zETAs.
Porque el rey de la dilatación, de marear la perdiz, del si pero no, de darte la razón y hacer lo que quiere, de hacerlo como muy europeo, muy moderno… pero poco práctico, es Rodríguez.
Estamos en espera. En unos meses conoceremos la solución de la OPA, del estatuto, del CAC, la beatificación de Arzallus, la pensión vitalicia para los terroristas de Eta… ¡Qué ingenuo soy! Si todos sabemos cual será el desenlace. El propio del talante: saldrá lo que le pase por ... ¿delante?
Otras cosas están también a la espera, aunque para afrontarlas es conveniente proveerse de butaca: El 11 M, la responsabilidad de los 11 muertos de Guadalajara, los muertos del Cougar, el plan hidrológico, el despunte de nuestra economía, la bajada del paro, la disminución tan anunciada por zETApé cuando estaba en la oposición del número de muertos en carretera, la violencia de género, la siniestralidad laboral (todos ellos en ascenso galopante), la seguridad ciudadana, la bajada de impuestos, las 180.000 viviendas anuales a bajo costo, un ordenador para cada dos alumnos, que el gobierno catalán pida perdón por retirar, sin permiso de los pacientes, mas de 800 expedientes con objeto de comprobar si estaban redactados en catalán, que el solemne, en definitiva, deje de joder a los españoles …
Seguimos en espera, pero mientras esperamos para mear como los perros de la viñeta tenemos que informar a todos los que podamos de lo que está ocurriendo.
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