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domingo, mayo 14, 2006

Oscuras maniobras

Para que el proceso de entreguismo y claudicación que Rodríguez está llevando a cabo ante los terroristas de ETA se lleve a cabo, es necesaria la desactivación de las asociaciones de víctimas.
fotos.miarroba.com

Estas son el referente moral de los muchísimos españoles que lloramos de rabia el día que asesinaron a Miguel A. Blanco.

Los familiares de las víctimas son los únicos que pueden perdonar y hacer borrón y cuenta nueva. Mientras ellos no den su brazo a torcer, no habrá nada que rascar ante la sociedad española por más que se empeñe zETApé.

Si por el contrario, las asociaciones de víctimas dejan a un lado su hermoso lema: Memoria, dignidad y justicia, los ciudadanos no verán inconvenientes en el acercamiento de posturas con los asesinos etarras.

Esto lo saben muy bien las fuerzas oscuras zapateriles y rubalcabianas. Así, cuando se fundó la asociación de víctimas del 11M que preside en la actualidad Pilar Manjón, el desgobierno zapateril movió la silla de la anterior presidenta y buscó a alguien de su cuerda para, entonces y siempre que la ocasión se presenta, poder atacar al PP haciéndolo responsable último del atentado terrorista vinculándolo a la guerra de Irak, extremo éste totalmente falso.
El gran intento, la apuesta fuerte de zETApé para controlar a este “enemigo”, dada su comprobada capacidad para convocar manifestaciones exitosas, se llamó Peces Barba.
Rodríguez dio un golpe de efecto y cuando existía una oficina que ya se ocupaba de los problemas de las víctimas, creo a bombo y platillo la figura del alto comisionado para las víctimas. Hizo creer a la ciudadanía que nadie se ocupaba hasta entonces de proporcionarles ayuda.

Sin embargo, lejos de ayudar y cohesionar, Peces separó. Poco tardó el comisariado político en anunciar a las víctimas que habría que empezar a ser generosos con los verdugos. Comenzaron las trabas, incluso la AVT perdió la subvención que le permitía sobrevivir después de una mala gestión que casi les llevó a la bancarrota, con la callada por respuesta de Peces. La difícil situación económica la supo solventar Francisco J. Alcaraz cuando se hizo cargo de la asociación.

Peces ha parecido más el abogado defensor de etarras (que fue en los años setenta), que el protector y benefactor que el desgobierno se empeñó en vender ante los españoles. Así, la AVT, asociación que acoge al 90 % de afectados por el terror, repudió la gestión de Peces provocando el anuncio de su marcha para el otoño. La realidad es que el encargo del gobierno no dio todos los frutos deseados y su misión había sido un fracaso.

Este fin de semana hemos asistido al penúltimo intento del desgobierno por liquidar la AVT. Para ello habían puesto un misil en la línea de flotación. El misil era Pablo Broseta. Este señor se presentó como alternativa a la candidatura de Alcaraz esgrimiendo en su discurso el diálogo con la banda terrorista auspiciado por Rodríguez y acusaba a la actual dirección de la AVT de politización por parte del PP.

Si la politización consiste en que mientras el PSOE MENTÍA diciendo que no negociaban con los asesinos de sus familias, el PP manifestaba su total apoyo a la AVT y la respaldaba en sus justas reivindicaciones, entonces… bendita politización.

¿Cómo se pueden fiar las víctimas de quien les han mentido, Sr. Broseta? ¿Cómo seguir a quienes, a sus espaldas, han parlamentando con los asesinos que les han arruinado la vida?

Afortunadamente el misil Broseta fue descubierto dos días antes de la elección a presidente de la AVT. La maniobra era digna del reverso tenebroso.

Sólo se había presentado una candidatura, la de Alcaraz. La asistencia a la reunión para emitir el voto no era importante, la mayor parte de los asociados apoyaban a Alcaraz y no veían necesaria su asistencia para emitir el voto al ser candidatura única. La jugada consistía en mantener a Broseta tapado hasta el último momento y aprovechando la escasa asistencia de los socios dar el golpe de mano con unos pocos votos afines. La respuesta ha sido aplastante. La afluencia de socios ha sido altísima y Broseta al final se ha retirado.

Resulta particularmente raro que si los listados telefónicos de los asociados únicamente están en poder de la dirección de la AVT y del ministerio del interior que dirige Rubalcaba, ¿cómo es posible que Broseta telefonease a un buen número de asociados para pedirles el voto secretamente? ¿Quién le facilitó los números de teléfono? Alcaraz no creo. Entonces…

¿Qué nueva oscura maniobra será la siguiente?

Por cierto, parece ser que en junio habrá una nueva manifestación en favor de las víctimas y contra la negociación con ETA. Habrá que empezar a reservar sitio en el autobús.